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Ver las 1001 películas del libro "1001 películas que debes ver antes de morir" y hacer un pequeño post sobre cada una. Puedes seguir mis progresos en esta lista

#7. Lirios Rotos / Broken Blossoms (1919)


Ficha técnica: IMDB Wikipedia  Filmaffinity
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Restantes: 932
Vista en: 2008.
Lugar: En casa.

Este artículo forma parte de una serie de monográficos sobre los Orígenes del Cine. Pueden ver la primera parte en este enlace y la anterior en este otro. Si sólo te interesa la parte dedicada a Griffith, sáltate el primer apartado.

Orígenes VI: Los inicios del Star System

Griffith III: La United Artists

En  los inicios del cine, las películas se vendían como cualquier producto industrial, esto es, por metros. Se consideraba que el efecto de “la novedad” del cinematógrafo era lo suficientemente atractivo para atraer al público por sí mismo. Existía, por tanto, una gran resistencia a establecer un star-system que obligara a la industria a promocionar a ciertos intérpretes y por tanto pagarles un salario más alto.

Así, en los inicios del Séptimo Arte, los actores y actrices trabajaban de forma esporádica en el cine, entre giras teatrales principalmente. Se les pagaba por minutos de filmación y sus nombres no eran incluidos en los créditos. Con el tiempo, el incremento de la producción cinematográfica hizo que las productoras ofrecieran contratos de exclusividad a sus intérpretes con salarios semanales moderados. Éstos tenían la ventaja de poder trabajar siempre en el mismo sitio evitándose las agotadoras giras de las compañías teatrales. Por contra tenían que renunciar al mayor prestigio y fama de los escenarios de Broadway.

Florence Lawrence, la "chica Biograph"
Una vez que las plantillas de las productoras se estabilizaron de esta forma, el público empezó a reconocer a sus actores y actrices favoritos, y, aunque no supieran sus nombres, empezaron a generar un culto alrededor de ciertas figuras. Publicaban artículos en prensa, inundaban el correo de las compañías con peticiones de autógrafos y fotos dedicadas, la gente acudía en masa a ver sus películas,… A falta de nombres, el público les puso los suyos: la “chica Biograph”, la “chica Vitagraph”, etc.

No pasó mucho tiempo hasta que las productoras, principalmente las independientes, se percataran del filón que tenían entre manos. Éstas empezaron a promocionar las películas individualmente por los intérpretes que en ella actuaban y negociaron grandes salarios y contratos exclusivos con sus estrellas. El estilo de filmación también cambió. Las películas empezaron a centrarse en sólo uno o dos protagonistas (un actor y una actriz, normalmente). Éstos llevaban el todo el peso de la trama y sus interpretaciones brillaban con más intensidad gracias a la proliferación de los primeros planos.

En una de las primeras maniobras publicitarias del medio, Carl Laemmle (fundador de la IMP, antecesora de la Universal) difundió el rumor de que la “chica Biograph" había muerto en un accidente de tráfico. Poco después anunció que Florence Lawrence, que así se llamaba, “estaba viva y la podían ver en la película de la IMP...”. Ético o no, lo cierto es que el movimiento funcionó y el público, aliviado de que su estrella siguiera viva, abarrotó los cines para ver cada película suya (no fuera a ser la última que hiciera).

Mary Pickford
Pero sin duda, la estrella máxima de la época era una actriz canadiense que llevaba por nombre artístico Mary Pickford. La pequeña Mary empezó actuando en producciones de Broadway para ayudar a su madre, viuda y en una delicada situación económica. Con 15 años Mary fue contratada por la Biograph donde trabajó en las películas de Griffith. Por esa época su estilo de chica ingenua ya empezó a destacar y comenzó a ser conocida como “la chica de los rizos dorados”. Algunas de sus mejores películas de esta época son: Friends (1912), The Mender of Nets (1912), Just Like a Woman (1912), The Female of the Species (1912) y The New York Hat (1912).


En 1910, Zukor le ofreció elevar sus 175 dólares semanales a 1.000 y Mary  empezó a trabajar para la Famous Players-Lasky (la futura Paramount). Allí su carrera se disparó y se convirtió en un verdadero fenómeno de masas. La gente hacía largas colas en los cines para ir a ver a la “novia de América”.  Su película Tess en el país de las Tempestades (Tess of the Storm Country, 1914) fue una de las más taquilleras de la época.


Pero contrariamente a su papel en la pantalla, Mary no era nada ingenua. Gracias a sus habilidades negociadoras consiguió que Zukor le pagara hasta 15.000 dólares semanales; convirtiéndola en la persona mejor pagada de América (y quizás del mundo).

Lillian Gish
Otra de las grandes estrellas de la época fue Lillian Gish. Ésta y su hemana Dorothy debutaron con Griffith en la película El enemigo invisible (An unseen enemy, 1912). Lillian llegaría a convertirse en una de las actrices más aclamadas de la época. Asociada principalmente a papeles de heroína trágica, lo cierto es que tenía un registro muy amplio que incluía también una vis cómica. Sus interpretaciones, ayudadas por la maestría de Griffith, resultan tremendamente conmovedoras incluso a las generaciones actuales. Si Mary Pickford fue la primera gran estrella del cine, Lillian Gish fue la primera gran actriz.

Por otro lado, Lillian no sólo tuvo inquietuded delante de la cámara. Durante el rodaje de Intolerancia ejerción de ayudante de dirección y participó en el montaje. Más tarde, en 1920 llegó incluso a dirigir su propia película Remodeling Her Husband protagonizada por su hermana Dorothy. La película tuvo escaso éxito y Lillian siguió con su carrera de actriz.


Otras estrellas a la altura de estas dos fueron Charles Chaplin y su Charlot, que ya por entonces era un auténtico fenómeno, y Douglas Fairbank, famoso por sus películas de aventuras. De ambos hablaremos con más detenimiento más adelante.

El fenómeno del star-system alcanzó su punto álgido en 1919 cuando las estrellas Mary Pickford, Charles Chaplin, Douglas Fairbanks y el director DW Griffith fundaron la United Artists con el objetivo de explotar sus propias figuras sin intermediarios. De esta forma las estrellas se independizaron finalmente de sus jefes y se instalaban por su cuenta y riesgo. Richard A. Rowland (fundador de la Metro Picture) comentaría al respecto “los locos han tomado el manicomino”.

Mary Pickford, DW Griffith, Charles Chaplin y Douglas Fairbanks,
los "locos" de la United Artists


DW Griffith: Lirios Rotos


Poco después del fracaso de Intolerancia (Intolerance, 1916), la Triangle Picture desapareció. D.W. Griffith firmó entonces un contrato con la Paramount para distribuir sus próximas películas.

Era el año 1917 y Gran Bretaña buscaba la manera de implicar a EEUU en la Primera Guerra Mundial. Reconocido como un gran director de escenas de guerra, el gobierno de Londres contrató a Griffith para rodar algunas escenas en los campos de batalla reales y hacer así una película de propaganda que alentara el espíritu belicista entre los americanos.

Griffith volvió con unos 26.000m de película y con ellos hizo tres películas: Corazones del Mundo (Hearts of the World, 1918), The Great Love (1918) y The Greatest thing in Life (1918). De ellas sólo se conserva la primera, un drama bélico sobre una pareja de prometidos (Lillian Gish y Robert Harron) que se ven separados por el estallido de la Gran Guerra. Lillian hace una interpretación memorable, especialmente en una impactante escena donde recorre en trance el campo de batalla vestida de novia en busca de su amado. Su hermana Dorothy también hace un trabajo destacable como una chica alegre y pizpireta que inicialmente aspira a conquistar al mismo hombre. La película tuvo cierto éxito hasta la firma del armisticio, tras la cual el público dejó de interesarse por los dramas bélicos.


La pareja formada por Lillian Gish y Robert Harron volvería a repetir protagonismo en otra de las películas de Griffith de esta época: A Romance of Happy Valley (1919). Se trata de un sencillo drama rural donde un chico de un pueblecito de Kentucky tiene que enfrentarse a la oposición de sus familiares y vecinos para alcanzar su sueño de ir a Nueva York y convertirse en un rico inventor. Entre los contrarios al viaje se encuentra Jenny (Lillian) su novia de “toda la vida” que promete esperarle. En esta cinta Lillian Gish demuestra que no sólo sabe hacer tragedia y nos regala algunos momentos muy graciosos como la escena con la cuerda. Algunos autores han apuntado además que la película pudiera ser en parte autobiográfica ya que Griffith nació en un pueblo de Kentucky como el que sale en ella.


Finalmente en 1919, y ya para la recién creada United Artists, DW rueda Lirios Rotos (Broken Blossoms, 1919), la película que nos ocupa hoy. La película trata de un religioso chino (Richard Barthelmess) que abandona su templo para viajar a Londres a predicar la palabra de Buda. Allí se enamora de Lucy (Lillian Gish) una pobre chica de los bajos fondos que apaleada brutalmente por su padre, un exboxeador. Este sencillo argumento se completa con una atmósfera opresiva creada completamente en estudio y con una fotografía muy cuidada.

Lucy y Cheng

La terrible escena del armario
La película resulta de un dramatismo brutal. Lillian hace una de las interpretaciones más espeluznantes de su carrera. Especialmente en una escena en la que se encierra en un armario para protegerse de su agresor. La desesperación con la que actuó en esa escena dejó con los pelos de punta a todo el equipo y Griffith aparentemente exclamó: “Dios mío ¿porque no me avisaste de que ibas a hacerlo así?” Según se  cuenta los gritos desgarradores de la actriz atrajeron a una gran multitud que tuvo que ser detenida para que no entrase.

Al margen del trabajo de los actores la película es recordada también por sus elaborados escenarios del puerto londinense (cargado de niebla) y el templo chino. Para la planificación de éstos se contrató a un pintoe inglés, George Baker, para que pintara una serie de cuadros victorianos que sirvieran de primitivo story-board. El efecto de las acuarelas se trasladó a la imagen haciendo uso de un tipo de fotografía denominado "soft". Esta técnica consiste en difuminar partes de la imagen, pero dejando los bordes de las figuras visibles. El resultado confiere una cualidad onírica a la imagen de gran belleza. Todos estos recursos se convertirían con el tiempo en el germen del Cine Negro.

La película conmovió al público y a la crítica aunque muchos espectadores (entre ellos el propio Griffith) decían no ser capaces de pasar por la experiencia una segunda vez.

Fuentes



- Historia del Cine. Román Gubern. Editorial Lumen. 2003
- Historial General del Cine. Volumen II. EE.UU. (1908-1915). Editorial Cátedra. Signo e Imagen

#5. Intolerancia / Intolerance (1916)


Ficha técnica: IMDB Wikipedia  Filmaffinity
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Restantes: 933
Vista en: 2008.
Lugar: En casa.

Este artículo forma parte de una serie de monográficos sobre los Orígenes del Cine. Pueden ver la primera parte en este enlace y la anterior en este otro. Si sólo te interesa la parte dedicada a Griffith, sáltate los dos primeros apartados.

Orígenes V: Los independientes y la fundación de Hollywood

Griffith II: La intolerancia de la industria

1910. Toda la industria del cine americana está controlada por el Motion Pictures Patents Trust… ¿Toda? ¡No! Un pequeño grupo de irreductibles productores, distribuidores y exhibicionistas resiste todavía y siempre al invasor. Sus nombres se convertirán en leyenda y serán los padres fundadores de las principales productoras de Hollywood, los creadores de un imperio que se extendería por todo el globo. Sin embargo, todos partieron de una situación muy distinta. Emigrantes y judíos en su mayoría, conocieron la marginación social y la pobreza antes de que su indómita fuerza de voluntad les permitiera salir de la indigencia primero y luchar contra Edison y compañía después. Conozcamos pues sus historias.

Carl Laemmle

Carl Laemmle
Nació en una familia judeo-alemana de 13 hermanos. Con 16-17 años emigró a EEUU y trabajó en diversos lugares (una granja, unos grandes almacenes, una oficina) antes de establecerse en una tienda de confección en Wisconsin. Tras casarse se muda a Chicago donde es testigo de la gran popularidad alcanzada por el cine. Animado por ésta, decide comprar un nickelodeon (una pequeña sala de cine popular cuya entrada valía 5 centavos) y con el tiempo abriría una gran cadena de cines en Chicago. Para abastecerla de películas funda la Independent Motion Pictures Company (IMP), lo que le supuso enfrentarse judicialmente al Trust. En 1915, siguiendo la tendencia de otros independientes, abre unos estudios de producción en California. Estos estudios, que eran los de mayor extensión de la época, se llamaron los Universal Studios.

Universal Studios

William Fox

William Fox
Nacido como Wilhelm Fried en Hungría, emigró muy pequeño a Nueva York con su familia. Trabajó de repartidor de periódicos y en el negocio textil. Con 21 años fundó su propia compañía que vendería 4 años después para comprar su primer nickelodeon. Al igual que Laemmle con la expansión de su cadena de cines llegó la necesidad de ampliar su negocio a la producción y distribución de películas.  En 1913 fundó la distribuidora Greater New York Film Rentals en competencia directa con la General Film Company del Trust. Fox demandó a la MPPC basándose en la ley anti-monopolio conocida como “Ley Sherman”.  El tribunal le dio la razón y provocó la disolución del Trust en 1915. Ese mismo año Fox fundó la Fox Film Corporation, que integraba la producción y distribución de películas.

Uno de los primeros cines de Fox localizado en Broadway

Los Warner

(de izda a dcha) Sam, Harry, Jack y Albert Warner

Hirz (Harry), Aaron (Albert), Szmul (Sam), and Jacob (Jack) Wonskolaser eran cuatro hermanos de una familia de 11 hermanos nacidos en una aldea polaca. La familia emigró a Baltimore, Maryland donde los 4 hermanos trabajaron en diversos negocios: una zapatería, una tienda de reparación de bicicletas, una bolera,… Finalmente, Sam y Albert empezaron a exhibir películas  en carnavales y ferias. Tras vender la tienda de bicis, Harry se unió a ellos y compraron un cine en Pensilvania: The Cascade Theater.  El éxito de esta sala de exhibición les animó a fundar (ya con Jack a bordo) una distribuidora (y posteriormente productora) llamada Warner Brothers Pirctures, inc.

Cascade Theater: El primer cine con éxito de los hermanos Warner

Samuel Goldwyn

Szmuel Gelbfisz nació en Varsovia pero emigró muy joven y sin dinero primero a Inglaterra, donde se cambió el nombre por Samuel Goldfish, y finalmente a EEUU. Allí trabajó en el negocio textil donde destacó por sus habilidades de marketing. En 1913 junto a Jesse L. Lasky, Cecil B. DeMille, and Arthur Friend funda la Jesse L. Lasky Feature Play Company que entre otras cosas produce una de las primeras películas rodadas en Hollywood, The Squaw Man (1913).

Logo original de la Goldwyn Picture

Poco después de la fusión de su compañía con la Famous Players de Adolph Zuckor, abandona la compañía y funda junto a Edgar y Archibald Selwyn, la Goldwyn Pictures. Goldwyn venía de la amalgama de los nombres Selwyn y Goldfish, pero viendo una ocasión de promoción en cuanto la veía, Samuel se volvió a cambiar el nombre a Samuel Goldwyn. El legado quizás más permanente que nos ha dejado esta efímera Goldwyn Pictures es su famoso león Leo. Samuel volvió a abandonar su compañía poco antes de una nueva fusión y fundo una tercera productora llamada Samuel Goldwyn Pictures que produjo algunas de las mejores películas de los 30 y 40.

Louis B. Mayer

Nacido en Rusia, emigró con 3 años a EEUU junto a su familia. Tras muchos años trabajando de chatarrero, compró y reformó un viejo teatro burlesque en Boston. Éste fue el comienzo de una gran cadena de cines por todo Massachussetts. Junto a Richard A. Rowland fundó la Metro Picture antes de establecerse por su cuenta con la Louis B. Meyer Pictures.

Marcus Loew

Hijo de emigrantes vieneses pero nacido en Nueva York. Abrió una importante cadena de teatros que combinaban los espectáculos de variedades y el cine. Tuvo el acierto de abrir sus locales en zonas alejadas del centro pero bien comunicadas para atraer a la gente de los barrios. Para asegurarse un suministro constante de películas compró la Metro Pictures, la Goldwyn Pictures y la Louis B. Mayer Picture, fusionándolas en la Metro-Goldwyn-Mayer (y heredando el famoso león de la Goldwyn).

Rowland, Goldwyn, Mayer y Marcus Low, los padres de la MGM


Pero sin duda el que ideó el sistema de producción y distribución que conocemos hoy fue Adolph Zuckor del que pasamos a hablar con más detenimiento.

La fórmula del éxito


Adolph Zukor fue un visionario que supo innovar en las tres áreas del negocio cinematográfico (producción, distribución y exhibición) y que sentó las bases de la poderosa industria de Hollywood.
Adolph Zukor

En el campo de la producción fundó la Famous Players Film Company (después conocida como  Famous Players-Lasky) con la intención de desarrollar grandes largometrajes protagonizados por estrellas. Fiel a su política de maximizar los beneficios, la MPPC de Edison se había resistido a establecer un star-system que les obligara a pagar salarios más altos, centrándose además en la producción de películas de un rollo (unos 15 min.). Sin embargo, Zukor vio en la promoción de actores y actrices una forma de promocionar cada película por separado.
Mary Pickford

Su mayor éxito en este sentido fue contratar a la mayor atracción de la época Mary Pickford.  Ésta actriz de teatro canadiense había empezado trabajando para la Biograph (con Griffith) por 100 dólares a la semana. Zuckor la atrajo con la promesa de un salario mayor y de hecho llegó  a pagarle hasta 1 millón de dólares al año. Cantidad exorbitada pero no obstante muy inferior a lo que realmente producían sus películas ya que la chica fue un auténtico fenómeno de masas, siendo conocida como “La novia de América”.

Zukor también desarrolló el sistema de estudios. Siguiendo la tendencia de los independientes abrió un estudio en Hollywood. La localización contaba con numerosas ventajas para el rodaje de películas. EL principal era el clima que permitía el rodaje en exteriores durante todo el año. Además el sitio ofrecía una gran gama de escenarios. El mar, la playa, la llanura, las montañas y el desierto estaban todos en un radio de pocos kilómetros. Por último estaba cerca de la frontera mexicana por si la situación con los hombres del trust se ponía tensa.

Por otro lado los estudios permitían la producción en cadena de films. Cada estudio contaba con un jefe de estudio que planificaba con antelación las películas que se iban a rodar en un año. Los directores artísticos diseñaban los escenarios que eran reutilizados una y otra vez. Los directores de reparto asignaban los actores y actrices a cada película. Éstos pasaban rápidamente de una a otra casi sin descanso.  Y resto de los staffs técnicos: vestuario, maquillaje, cámaras,… se beneficiaban de la especialización sacando el máximo partido de sus respectivos campos.  Además para ahorrar tiempo en tomas se empiezan a usar varias cámaras para evitar imprevistos. De esta forma la Famous Players-Lasky llegó a producir alrededor de 100 largometrajes al año.

Una vez producidas, había que distribuirlas. Para ello, adquirió una distribuidora independiente llamada Paramount y aplicó dos de sus ideas más revolucionarias. Una era la venta en bloque de toda su producción. Sin un exhibidor quería adquirir las películas de Mary Pickford (y con el tirón de la joven estrella era imposible negarse) tenía que adquirir además todas las películas producidas por la Famous Players-Lasky. De esta manera,  se aseguraba la salida de toda su producción y podía utilizar parte de ésta para probar nuevas estrellas y géneros.


Por otro lado, Zukor supo aplicar la “economía de escala” al negocio del cine. Se basaba en la idea de que una vez producida una película la mayor parte del coste estaba cubierto. En comparación el coste de comercializarla y distribuirla era relativamente pequeño. Así se ampliaba la zona de distribución, los nuevos beneficios superarían en mucho al coste adicional. De esta forma Paramount se lanzó a la conquista del mercado mundial. Además Zukor lo tuvo todo de cara ya que la Primera Guerra Mundial había casi extinguido la producción cinematográfica europea. El magnate aprovechó esta circunstancia para inundar el viejo continente con sus películas iniciando una invasión que ha durado hasta hoy.

 En el terreno de la exhibición Zukor se limitó a adquirir la cadena de cines más innovadora de la época: Balaban & Katz. Los cines de esta cadena eran auténticas obras arquitectónicas situadas en sitios bien comunicados. El espectacular exterior sólo rivalizaba con el lujoso interior compuesto de magníficas escalinatas, elaboradas columnas y elegantes vestíbulos. La espera en estos últimos estaba amenizada con música en directo. Las instalaciones además contaba con una guardería con columpios y el atento cuidado de un nutrido grupo de niñeras. Todo ello de forma gratuita. Una vez en la sala, los acomodadores atendían a los espectadores en todo momento con cortesía y amabilidad. Finalmente el espectáculo constaba de un noticiario, un corto animado, espectáculos en directo y un largometraje, que era la atracción principal. Toda esta atención al detalle convertía el ir al cine en una experiencia muy especial.

Balaban & Katz de Chicago

Por último, Zukor inauguró la inclusión de un cuarto protagonista en la industria cinematográfica: los bancos. Para poder acometer sus grandes proyectos de expansión, Zukor necesitaba una fuente de financiación constante y por eso la Famous Players-Lasky entró en Bolsa. El banco Kuhn Loeb pasó de ser una entidad marginal de Wall Street a convertirse en un gigante financiero gracias a la compañía de Zukor.

Todas estas innovaciones fueron copiadas por los otros independientes y fueron la base del Imperio Hollywoodiense.

DW Griffith: Intolerancia

El éxito sin paliativos de El Nacimiento de una Nación (The Birth of a Nation, 1915) refrendó las tesis de los independientes. Griffith había demostrado hasta qué punto los grandes largometrajes plagados de estrellas podían ser muchísismo más lucrativos que las sesiones de cortos ofrecidas por los miembros del Trust. Esta película supuso un salto cualitativo en la industria que a partir de entonces necesitaría de poderosas fuentes de financiación.

Con el objetivo de sacar el máximo provecho del nuevo escenario, Harry Aitken se unió a otros dos productores Adam Kessel y Charles Bauman, fundando la Triangle Pictures Corp. Esta efímera productora agrupó a tres de los más significativos realizadores de la década DW Griffith, Thomas H. Ince (padre del Western) y Mark Sennet (famoso por sus comedias slapstick). Entre 1916 y 1918 la Triangle daría a luz algunas de las películas más aclamadas del periodo.

Mae Marsh
Es por tanto para la Triangle que DW Griffith produce su siguiente epopeya. Tras haber realizado la película más lucrativa de la Historia ahora produciría la más cara: Intolerancia (Intolerance, 1916). Todo surgió a partir de una película que DW tenía casi terminada llamada La Madre y la ley. Un melodrama con Mae Marsh y Robert Harron sobre una matrimonio de clase baja a la que le pasa de todo. Como Griffith seguía escocido por la polémica surgida por su anterior película, decidió convertir la película en una declaración de principios sobre los desmanes a los que ha llevado la intolerancia a largo de la Historia.

Para ello a la historia original le añadió otros tres dramas históricos con el mismo tema de fondo. La primera historia era una recreación de la masacre de San Bartolomé en la Francia del siglo XVI donde la reina católica Catalina de Médicis ordenó el genocidio de los Hugonotes (protestantes). El segundo era un relato bíblico alrededor de la vida de Jesús. Por último, la caida de Babilonia a manos de Ciro de Persia gracias a una guerra interna religiosa. Las cuatro historias fueron montadas de forma alterna. Así las escenas de una y otra se van sucediendo cada vez más deprisa hasta llegar al consabido last minute rescue, esta vez a cuatro bandas (aunque uno de ellos ya sabemos como termina).

El espectacular episodio babilónico
La realización de la película supuso un esfuerzo monumental. Nada más que el Palacio de Babilonia medía 70 metros de alto y 1.600 de profundidad. Algunos días llegó a haber hasta 16.000 extras en el plató dirigidos como si fuera un ejercito con una decena de asistentes de dirección y una cocina de campaña. Griffith acabó rodando nada menos que 76 horas con las que montó una copia de ¡8 horas!. Tras pensarlo un poco recortó hasta las 3 horas 40 minutos. De éstas desgraciadamente sólo sobreviven algo menos de 3 horas.

Constance Talmadge
Curiosamente de las cuatros historias la más emotiva y atractiva es precisamente la historia original narrada en la actualidad. En ella Mae Marsh da muestras de toda su gran altura interpretativa. Además Griffith nos ofrece algunas escenas de denuncia social como las escenas de la huelga o los ataques a las falsas benefactoras. Por otro lado el episodio de Babilonia es el más espectacular pero su guión carece de la misma profundidad. De esta parte destaca Constance Talmadge como la Chica de la Montaña, en la que era sólo su segunda película. Los otros dos episodios son los más planos, el religioso por ser demasiado convencional y el francés por ser el más afectado por la desaparición de metraje.

¿Y qué sacó DW Giffith de todo este esfuerzo monumental? Nada. La película fue un rotundo fracaso. La gente siplemente se perdía con la enorme mezcla de personajes, tramas y periodos históricos. El altísimo coste de la cinta (algunas fuentes le conceden el dudoso honor de ser la película más cara jamás creada) y la paupérrima recaudación provocaron a largo plazo la quiebra de la Triangle. Ni siquiera hubo presupuesto para derruir los decorados que se quedaron allí como advertencia a las futuras generaciones.

Pero independientemente de la acogida en su momento, no cabe duda de que Intolerancia es una de las obras más interesantes que ha dado el cine. Una tesis colosas sobre las pasiones humanas: el odio, el amor... Desde luego una obra mucho más humanista que El Nacimiento de una Nación. ¿Cómo es posible que ambas la realizaran el mismo hombre?



Fuentes



- Historia del Cine. Román Gubern. Editorial Lumen. 2003
- Historial General del Cine. Volumen II. EE.UU. (1908-1915). Editorial Cátedra. Signo e Imagen

#3. El Nacimiento de una Nación / The Birth of a Nation (1915)


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Vista en: 2008.
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Este artículo forma parte de una serie de monográficos sobre los Orígenes del Cine. Pueden ver la primera parte en este enlace y la anterior en este otro. Si sólo te interesa la parte dedicada a Griffith, sáltate el primer apartado.

Orígenes IV: Un trust para dominarlos a todos
Griffith I: El nacimiento de un arte


La guerra de patentes en Estados Unidos terminó en 1908 cuando las principales compañías cinematográficas (Edison, Biograph, Vitagraph, Essanay, Selig, Lubin, Kalem, la Star Film de Méliès y American Pathé) acordaron reunir las principales patentes que hacían posible el cine y fundar la Motion Pictures Patents Company para protegerlas. En la práctica se traducía en controlar de forma tiránica toda la industria cinematográfica desde la venta de material a la exhibición. Así, los vendedores de cámaras debían pagar $5 a la semana, los productores de películas, medio centavo por pie de película, los distribuidores debían hacerse con una licencia que costaba $5.000 anuales y, finalmente, los exhibidores debían pagar $2 dólares a la semana por usar los proyectores. Además, gracias a un acuerdo con Eastman-Kodak, el principal proveedor de película virgen de América, solos los miembros del trust podían adquirir película virgen.

La MPPC, unidos por la ambición y la codicia
Para asegurar que todas las licencias eran rigurosamente abonadas, un equipo de detectives se encargaba de descubrir a posibles infractores. Cuando alguno era localizado, un segundo equipo de abogados se encargaba de que el sujeto desistiera de su actitud bajo la amenaza de numerosas demandas judiciales. Si la justicia no colaboraba con suficiente celeridad o el infractor no se arredraba, un tercer equipo de individuos con menos estudios pero con más contactos con la mafia, se encargaban de terminar con el problema.

Aunque la MPPC no aspiraba en principio a controlar por completo el negocio del cine, su intención era ponérselo tan difícil a quien quisiera producir películas de forma independiente, que éste terminara por abandonar.  En el negocio de la distribución además la MPCC fundó la General Film Company con la intención de expulsar a las compañías rivales. Y en un principio tuvo bastante éxito. De las aproximadamente 70 distribuidoras que existían en todo el país en 1908, sólo una no acabó abandonando o uniéndose a la General. Volveremos sobre ella en el siguiente capítulo.

A pesar de todo, la MPPC consiguió algunas cosas positivas en el medio. La principal es que “nacionalizó” la industria. Hasta ese momento las películas se distribuían regionalmente y los derechos de exhibición eran negociados estado por estado. Con la aparición de la General Film, las películas empezaron a distribuirse por todo el país. Por otro lado estandarizó la comercialización de las cintas sustituyendo el sistema de venta por el de alquiler. Esto permitía a los exhibidores ahorrar costes y a los distribuidores controlar la calidad del material que se proyectaba (evitando que se proyectaran películas que llevaban años apartadas en un almacén). 

Además se instauró un sistema denominado “run-zone-clerance” que posteriormente adaptarían las grandes productoras de Hollywood. El sistema consistía en dividir el mercado de exhibición en varias zonas. Unas eran zonas de estreno y otras eran zonas de re-estreno. Una película se exhibía primero en una “zona de estreno” durante un intervalo de tiempo. A continuación, se dejaba pasar un tiempo (clearance) y se re-estrenaba en una “zona de re-estreno” a un precio menor. Así, los espectadores sabían que si no querían rascarse el bolsillo y pagar los altos precios de los cines del centro para ver la película del momento, iba a pasar mucho tiempo hasta que pudieran verla en los cines de su barrio a un precio más popular.

Los lujosos cines de principios del s. XX
Pero la codicia de los miembros del trust les hizo perder de vista la evolución del mercado que en estos años estaba creciendo de forma imparable. Los espectadores, una vez pasado el efecto de la novedad del cinematógrafo, demandaban historias cada vez más elaboradas y complejas. Sin embargo, Edison y compañía eran reacios a desarrollar complicados y costosos largometrajes y seguían estancados en la producción de cortos simplones de un rollo (unos 15 min.). La tacañería también les hacía eludir la promoción de estrellas individuales que les hubiera obligado a desembolsar grandes salarios a sus actores.

Con el tiempo la MPPC fue perdiendo poder debido a que a la oposición de un grupo de aguerridos “independientes” que no se dejaron arredrar por la extorsión y las estrategias oligopólicas del trust. Un grupo de valientes “con un espíritu a prueba de ardides y curtidos en los sinsabores de la emigración” que supieron interpretar la demanda del mercado y que desarrollaron estrategias comerciales que duran hasta nuestros días. Ellos se convertirían en los padres de Hollywood y sus historias darían para un buen biopic. Pero eso lo dejaremos para nuestro siguiente especial. Ahora toca hablar del así llamado “padre del cine”.

D.W. Griffith: Orígenes y primeras películas

 

D.W. Griffith
David Wark Griffith nació en Crestwood (Kentucky) el 22 de Enero de 1875 en una familia sudista arruinada. Su padre había combatido con los Confederados y David se crio con historias sobre la Guerra Civil. Cuando su padre murió con diez años, tuvo que ayudar a su madre trabajando en una librería. El trabajo le despertó una pasión por la literatura que con el tiempo le llevó a actuar en obras de teatro. Tras algún tiempo, consiguió ganar cierta notabilidad actuando en obras muy populares.  Además de actuar, el joven D.W. escribió varias obras de teatro, aunque sólo consiguió vender una. A fool and a girl, un melodrama sobre unos inmigrantes jornaleros de California, se estrenó en otoño de 1907 pero fue un fracaso debido a su pobre calidad.


Desencantado con el teatro, Griffith intentó vender su nueva obra, una adaptación de la Tosca de Sardou, a Edwin S. Porter (el director artístico de Edison que ya conocimos en la segunda parte). Edwin no le compró la obra pero le contrató para protagonizar un corto titulado Rescued from an Eagle’s Nest (1907) por el que cobró $5 diarios.


Completado el trabajo, volvió a intentar vender su obra a la Biograph. Éstos tampoco la quisieron pero volvieron a contratarle como actor. En ese momento la compañía estaba pasando por una mala épodiv ca. Su director principal Wallace McCutcheon estaba más de salud y su ritmo de producción había bajado y, además, sus películas atraían escaso interés entre el público. Por otro lado, la batalla judicial con Edison (que duraba 10 años) había dejado a la productora en números rojos. Intentando cambiar dinámica, los directivos ofrecieron a Griffith el puesto Wallace y éste, aunque reacio, acabó aceptando.

Su primer corto fue The Adventures of Dolly (1908). Un melodrama en la línea de Rescued from an Eagle’s Nest.  Se estrenó en Julio y fue un gran éxito. Griffith siguió produciendo a un ritmo de 2 o 3 cortos de un rollo por semana. Tras la fundación de la MPPC, sus películas se empezaron a distribuir por todo el país y el director consiguió granjearse una enorme popularidad.


Griffith no sólo daba al público lo que quería ver; sino que además utilizaba novedosos recursos fílmicos para hacer sus películas más interesantes.  En After Many Years (1908) alternó los planos de un hombre en una isla desierta con los de su esposa que lo esperaba en casa. Los directivos de la Biograph, al verla, creyeron que el público no lo entendería pero Griffith respondió que si Dickens lo hacía, él también podía hacerlo.  Ésta técnica también se aprecia  en A Drunkard's Reformation (1909) donde los planos de una obra de teatro se alternan con los del público que está viendo la obra.


La técnica del montaje alterno llega a su máxima expresión en The lonely villa (1909). En ella una familia es asaltada por unos maleantes mientras el padre acude al rescate usando todos los medios a su alcance. El montaje alterno entre la familia amenazada y el equipo de rescate en intervalos cada vez más cortos conforme se acerca el clímax hace que la tensión del espectador vaya en aumento. Este recurso, denomnado Griffith’s last minute rescue , tuvo tanto éxito que muchos directores lo copiaron y, con distintas variaciones, es la base del cine de acción de hoy en día.


En A corner in wheat (1909) el montaje alterno se usa en cambio como contraste social entre la clase obrera y los magnates del cereal. Este tipo de recursos sería explotado más adelante por el cine social ruso.

Su pasado teatral además le sirvió para ser un gran director de actores. Le enseñó a actuar sin aspavientos y descubrió a numerosas estrellas como las hermanas Lillian y Dorty Gish, Mack Sennet o Mae Marsh. Pero la principal fue un canadiense llamada Gladys Marie Smith que actuaba con el nombre de Mary Pickford. Pronto esta chica de cara aniñada y rizos rubios se convertiría en “la novia de América”. Uno de los melodramas más conseguidos de Griffith de esta época estuvo protagonizado por ella: As it is in life (1910).


Con el tiempo, D.W., empezó a hacer obras más extensas de dos rollos: His trust (1911), Enoch Arden (1911), The lonedale operator (1911),… Para mantener el interés de las mismas empezó a alternar planos dentro de una misma escena. Así la cámara ya estaba inmóvil durante una conversación, por ejemplo; sino que se alternaban primeros planos del rostro de los actores de esa forma los espectadores no se aburrían. En The Massacre (1912) alterna planos generales de una batalla con planos medios y americanos de los contendientes.


Finalmente Griffith se lanza a la realización de extensos y elaborados largometrajes: The Mothering Heart (1913), Primitive Man (1913), Judith of Bethulia (1913) y The Battle of Elderburg Gulch (1913). Todos ellos, excepto el primero, ostentosos dramas históricos con numerosos extras y carísimos decorados. El coste de estos films y la amenaza de Griffith de querer seguir por esa línea horrorizaron a los conservadores directivos de la Biograph que le liberaron de su contrato.

D.W. Griffith: El Nacimiento de una Nación


Harry Aitken
Griffith firmó un nuevo contrato con al productor Harry Aitken de la Mutual Film Corporation, una de las independientes. Para ellos produjo sus siguientes cuatro largometrajes: The Battle of Sexes (1913), un melodrama con un triángulo amoroso  como eje central, The Escape (1913), un drama social, Home Sweet Home (1914), un biopic sobre un famoso actor teatral y The Avenging Concience (1914) inspirada en un relato de Edgar Allan Poe. Tras estas películas que son despachadas con rapidez, Griffith se encuentra preparado para afrontar por fin la gran obra que lleva tiempo queriendo rodar: El nacimiento de una nación (1915).

 Griffith había quedado fascinado con la lectura de un libro llamado The Clansman. Se trataba de una narración racista e idealizada del origen del Ku Kux Klan. Rápidamente empezó a escribir una adaptación de la obra al cine y convenció a Harry Aitken para comprar los derechos (que costaron unos $110.000, una cifra disparatad para la época). La dimensiones del proyecto hicieron que la Mutual se retirara de la producción quedándose sólo con los derechos de distribución. Para reunir el dinero necesario DW y Harry pidieron financiación a varios banqueros amigos suyos y fundaron una compañía nueva: Epoch Producing Corporation.

Las proporciones de la producción fueron descomunales. Para empezar la película  llegaba casi a las 4 horas (tras el montaje se redujo a 3), constaba de 1544 planos, participaron unas 18.000 personas y 3.000 caballos. Llegó a construirse un hospital sólo para atender los accidentes de rodaje. En el momento de su estreno un ticket para la película costó nada menos que $2, una cantidad muy elevada en comparación con el precio de otras producciones. Sin embargo, la película tuvo un éxito desproporcionado rompiendo records presentes y futuros. Se cree que el montante total de la recaudación todavía no ha sido superado por ninguna película en los 100 años que llevamos desde su estreno.

Parte de este éxito se debió a la tremenda polémica que despertó en todo el país por su más que patente racismo- exagerado incluso para la época. La película trata el periodo histórico de la  Guerra Civil y la posterior Reconstrucción desde el punto de vista de dos familias de clase alta: los Stoneman en el Norte y los Cameron en el Sur. Durante la primera parte ambas familias presentan buenas relaciones y algunos de los hijos mantienen relaciones amorosas con las hijas de la parte contraria. Cuando la guerra estalla ambas familias caen en bandos opuestos y tienen que enfrentarse en el campo de batalla.

A lo largo de la película Griffith hace uso de todas las técnicas y recursos que ya había usado en sus cortos. Para las escenas de batalla alterno los planos generales con los planos medios de los soldados en las trincheras desarrollando un estilo de cine épico que mete al espectador en el fragor de la batalla. Además no le importa alternar la acción entre los distintos espacios o temporales. Así, cuando uno de los combatientes cae en el frente vemos a continuación a la familia recibiendo la noticia para volver una vez más a la batalla.

Escena de una de las batallas

Otra escena memorable es la recreación del asesinato de Abraham Lincoln (con un joven Roul Walsh haciendo de John Wilkes Booth). En esta escena Griffith hace uso de los cachés. Esta técnica consiste en oscurecer una parte de la pantalla para atraer la atención del público sobre una zona. Con ello consigue que el público sepa posicionar en todo momento a asesino y víctima. Esta técnica acabaría por desaparecer con la llegada del cine sonoro.

Abraham Linclon

Y, como no, también hizo uso del recurso del last minute rescue varias veces con gran dramatismo como en la escena en la que la familia está siendo asaltada por regimiento de “negros enloquecidos” (sí, ya lo sé) para ser rescatados en el último momento por la caballería. ¡Cuántas veces se repetirá esa escena en la historia del cine!

Mae Marsh
Los actores (los blancos claro) también hacen una gran interpretación aunque a  sus personajes les hace falta algo de profundidad. Muy interesante en especial es el trabajo de Mae Marsh como la pequeña de los Cameron. Su escena durante el regreso del mayor de los Cameron (Henry B. Walthall) del frente en muy emotiva. Lillian Gish (que hace de la hija norteña), genial en otras películas, se encuentra aquí más desdibujada.

Todo esto hace que la película resulte tremendamente entretenida, incluso para los estándares actuales. Y que las 3 horas se pasen volando. Eso sí, hace falta mucho estómago para superar la última hora. Donde las ciudades del sur son gobernadas por hordas de negros (en realidad blancos pobremente pintados) que acosan y asaltan a indefensas mujeres blancas y arrasan las mansiones de los asustados sureños. Gracias a Dios el noble Ku Kux Klan viene a poner orden y restaurar el orden a tanto desmán (como dije, hace falta mucha fuerza de voluntad para ver esta parte hasta el final).

El KKK en acción

Pero fantasías xenófobas aparte, lo cierto es que El Nacimiento de una Nación es posiblemente la obra más conseguida de Griffith. En ella el director desarrolla un estilo de narración puramente cinematográfico. Se puede decir sin miedo que Griffith fundó el cine como arte independiente. Un arte que ya no es “teatro filmado” sino que, bebiendo de la tradición anterior, tiene su propia narrativa y su propia forma de contar historias.


Fuentes

- Historia del Cine. Román Gubern. Editorial Lumen. 2003
- Historial General del Cine. Volumen II. EE.UU. (1908-1915). Editorial Cátedra. Signo e Imagen

#799. Delitos y Faltas / Crimes and Misdemeanors (1989)


Ficha técnica: IMDB Wikipedia  Filmaffinity
Vistas: 66
Restantes: 935
Vista en: 2014.
Lugar: En casa.


WOODY ALLEN VI. Triunfos y fracasos.
(quinta parte) 

DELITOS Y FALTAS (1989)

 

Judah (Martin Landau), un oftalmólogo judío, matiene una relación secreta con Dolores (Anjelica Houston). Ésta esta locamente enamorada de él y presiona a Judah con que rompa con su mujer. Cuando Dolores amenaza con contárselo ella misma, Judah comprende que la situación es insostenible... Por otro lado, Cliff (Woody Allen) es un director de documentales que está haciendo un documental sobre su engreído cuñado. En el proceso conoce a Halley (Mia Farrow) de la que se enamora.

El guion se escribió durante un viaje que Allen hizo con Mia y los críos por toda Europa. Woody lo escribió en las hojas de notas de hoteles desde Estocolmo hasta Roma o Venecia. Sin embargo, este primer guion tenía poco que ver con el resultado final que podemos ver en la película. Originariamente la historia se llamaba “Brothers” y hacía referencia a las tres parejas de hermanos aparecen en la cinta: Judah y Jack, el rabino y Lester, y Cliff (Allen) y su hermana. El título junto con las tres cuartas partes del guion se cambiaron en la sala de montaje tras rodar muchas de las escenas varias veces.

El resultado es una película echa de jirones. La escena de la hermana hablando de su extraña experiencia con una cita pretendía ser parte de una trama donde Wendy buscaba inútilmente el amor de su vida entre citas poco recomendables. También la relación fraternal entre el rabino y Lester, así como la enfermedad ocular del primero, pretendíam ser más centrales que anecdóticas . Por otro lado la relación entre los personajes de Mia y Allen era mucho más enrevesada ya que la primera estaba casada.

Woody y Mia, ¡oh aquellos años!

Tras los cambios la historia queda un poco caótica, se apuntalan cosas pero sin llegar a profundizar en ninguna. Según Allen el nexo de unión es la contraposición entre la visión que tienen los demás de alguien y cómo se ve cada individuo a sí mismo. A la vista de la película, esta explicación parece un tanto forzada o echa a posteriori para justificar la unión de tramas tan diversas.

De lo que queda, la parte más sólida es la de Judah, curiosamente la que menos cambios sufrió. La idea de partida es que lo que promulgan las religiones (en este caso la judía) de que Dios vigila cada movimiento es completamente falso. Según Allen, si alguien comete algo horrible y puede vivir con ello, nadie puede castigarte (salvo que te pillen, claro). Uno es el artífice de su propia moral y su propia conciencia la única a la debemos rendir cuentas. Martin Landau, que hasta entonces había sido principalmente un actor de reparto, demuestra su verdadero talento como actor al dar vida a la lucha interior de su personaje. Por otro lado, Anjelica Huston, que aparece por primera vez en un peli de Woody Allen, hace un gran trabajo como amante desquiciada.

Dolores y Judah

La otra trama, la implica a Woody y Mia, resulta simpática y divertida pero está muy por debajo de la anterior. No obstante presenta algunos momentos hilarantes como la exhibición del documental sobre Lester donde se le compara con Mussolini.

La película supuso un taquillazo recaudando unos 40 millones de dólares en todo el mundo. Sin embargo, el alto coste de rehacer la mayor parte de las escenas  disminuyó significativamente los beneficios.  Estuvo nominada a tres Óscar (guión, director y actor de reparto para Landau) pero no se llevó ninguno.


ALICE (1990)


La vigésima película de Woody Allen trata de una mujer de la Alta Sociedad neoyorquina que vive rodeada de lujo y con un marido y unos hijos encantadores. Tras asistir a la consulta de un médico tradicional chino, sin embargo, se dará cuenta de lo vacía que es su vida. Gracias a la ayuda de las extrañas pociones de éste, empezará a ver con otros ojos su  propia existencia y la de los que la rodean.

Alice

Como dice el propio Woody Allen, “Alice es la versión cómica de Otra Mujer”. En ambas, la protagonista da un giro a su vida gracias a la ayuda de un agente externo (Mia en la segunda, el médico chino en la primera). Sin embargo, Alice resulta más ligera gracias a los gags cómicos y a la estupenda actuación de Mia Farrow que demuestra aquí la gran variedad de registros de la que dispone. Por ejemplo, en una memorable escena pasa en un solo plano de “mosquita muerta” a una sensual vampiresa. El personaje de Alice, además recuerda en ciertos momentos a una versión femenina de del propio Allen: habla muy rápido cuando se pone nervioso, mueve mucho las manos, es hipocondriaco,… Sin duda, Mia hace su mejor actuación de las trece películas que hizo con el director.


La película no lo hizo bien en taquilla aunque recibió una nominación al Óscar (guión).

#4. Les Vampires (1915)


Ficha técnica: IMDB Wikipedia  Filmaffinity
Vistas: 65
Restantes: 936
Vista en: 1 de Mayo de 2014.
Lugar: -


Este artículo forma parte de una serie de monográficos sobre los Orígenes del Cine. Pueden ver la primera parte en este enlace y la segunda en este otro.

Orígenes III: Los seriales y los inicios de una industria

No sólo en América el negocio empezaba a despuntar, en Francia, tras los usos recreativos de los Lumière y Méliès, la industria cinematográfica empezaba a cobrar formar gracias a dos empresarios con visión: Charles Pathé y Gaumont.

Charles Pathé
El primero nació en una familia pobre de (al menos) cuatro hermanos. Durante su infancia tuvo que trabajar unas quince o dieciocho horas al día para salir adelante. Harto de tanta miseria, Charles decide embarcarse en un barco de emigrantes armenios rumbo al continente americano. De allí sólo sacaría más ruina y la fiebre amarilla. Un día en una feria de Vincennes descubrió el fonógrafo de Edison y eso le cambió la vida. Comprendiendo un gran negocio en cuanto lo vio, Charles compró uno de esos aparatos y empezó a viajar de feria en feria mostrando el invento. En poco tiempo, consiguió lo suficiente para fundar la Pathé Frères, una empresa que se dedicaba a la producción de materiales fonográficos.

Siguiendo su buen instinto, en cuanto supo del aparato de los Lumière, encargó uno y expandió su negocio a la producción de películas. Entre las muchas iniciativas empresariales que impulsó se encontraba la producción de un diario de actualidad (precursor de nuestro NO-DO) llamado Pathé Journal. Cuando no se disponían de imágenes de algún evento, éste se recreaba en estudio. Estas noticias luego eran exportadas a operadores en otros países convirtiéndose una de las primeras agencias de noticias en imágenes. En poco tiempo Pathè se convirtió es una poderosa compañía.

Léon Gaumont
Su gran rival fue Léon Gaumont, un ingeniero que empezó su carrera vendiendo aparatos fotográficos. Al igual que Pathé, Gaumont vio rápidamente el negocio que se podía extraer del cinematógrafo (él fue uno de los asistentes a la histórica primera sesión de los Lumière). Inicialmente se dedicó a la venta de aparatos como había hecho con las cámaras de fotos; pero en poco tiempo comprendió que el verdadero negocio estaba en el desarrollo de películas.

Alice Guy
Gaumont encargó la responsabilidad de la parte artística en su secretaria Alice Guy, que se convertiría así en la primera directora de cine de la Historia. Alice fue una de las primeras en desarrollar historias a partir de imágenes y se la considera una pionera en el cine narrativo. Desgraciadamente su producción se encuentra casi olvidada aunque existe un proyecto  ahora mismo para recuperar su legado.

Pathé y Gaumont expandieron su negocio por toda Europa y abrieron sucursales en EEUU (llegando a formar parte del trust de Edison, como ya hemos visto), convirtiendo el cine en una de las industrias más florecientes de Francia en esa época.

Retrato de una época


Respecto a la parte artística, el cine francés de estos años gira en torno a dos grandes figuras: Louis Feuillade de la Gamount y Ferdinand Zecca de Pathé. Ambos desarrollaron los mismos temas y géneros y ambos hicieron progresar en gran medida el joven arte.

Ferdinand Zecca
Zecca empezó su carrera como actor en las películas de Pathé. Uno de sus primeros trabajos fue El mudo melómano (Le muet mélomane, 1899) donde encarnaba a un mudo que respondía a un juez haciendo sonar una corneta (uno de los primeros intentos con el sonido sincronizado). Pronto se convirtió en el realizador jefe de la casa y empezó produciendo películas paisajistas como los Lumière o de tinte fantástico como las de Méliès. De estas últimas son El amante de la luna (L'amant de la lune, 1905) y Un idilio en el túnel (Une idylle sous un tunnel, 1904).

Pero su tendencia realista le llevó en poco tiempo a los dramas sociales. En una de sus obras más significativas, Historia de un crimen (Histoire d'un crime, 1901), se muestra a un delincuente cometiendo un asesinato durante un robo. Éste es posteriormente detenido y ejecutado. Este film es notable por varios aspectos. El primero es el hecho de que la historia se articule sobre un primigenio guion. El segundo es la escena donde el reo recuerda su vida a modo de flashback en la celda. Esta escena se creó con la técnica denominada “reserva” y que se trata de tapar una parte del fotograma durante el rodaje de las escena general para a continuación rodar la nueva escena sobre la misma película. Por último, la última escena donde se muestra al preso siendo guillotinado fue censurada por considerarse demasiado realista.


Tras el éxito de esta obra, Zecca siguió realizando dramones al estilo de los folletines del siglo XIX. Así, tenemos La Huelga (La grève, 1904), Las víctimas del alcoholismo (Les victimes de l'alcoolisme, 1904), Vida de un jugador (La Vie d'un joueur, 1903). Pero quizás su obra más significativa fue Vida, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo (La Vie et la passion de Jésus Christ, 1903).


Louis Feuillade
Por su parte Louis Feuillade, que sustituía a Alice Guy al frente de Gaumont, siguió inicialmente la misma estela que Zecca con el drama social. Produjo una serie de historias bajo el título común de La vie telle qu’elle es (La vida tal como es) que venían a ser un catálogo de las lacras sociales de la época. A ésta etapa pertenecen títulos como Las víboras (Les vipères, 1911), La tara (La tare, 1911), La media de lana (La bas de laine, 1911), etc.

Sin embargo, quizás debido al carácter excesivamente moralista de las películas, éstas no tuvieron mucho éxito. Así que, a petición de Gaumont, decide orientar su producción hacia una moda que está prendiendo con fuerza: el serial.

Los seriales


Los seriales habían comenzado en EEUU como una forma de habituar al público a ir al cine. La mayoría de ellos presentaban escenas de acción donde el héroe debía rescatar a una doncella que había sido secuestrada por un malvado villano y puesta en una situación de peligro. Para asegurarse de que la gente volvería la semana siguiente muchos capítulos terminaban con el protagonista colgando de un precipicio o en alguna otra situación apurada (de ahí el término inglés “cliffhanger”). Como es evidente, de aquí vienen buena parte de los clichés que asociamos al cine de acción y aventuras (y la base de la mayoría de series de televisión).

Los seriales fueron un auténtico bombazo y convirtieron a sus protagonistas en las primeras estrellas del cine. Es el caso de Perl White, la protagonista de la celebérrima “The perils of Pauline”, producida por la sucursal americana de Pathé. La serie convirtió a Perl en una suerte de Lara Croft  que cada semana se enfrentaba a terribles situaciones de vida o muerte frente a una plétora de malvados villanos tales como piratas, indios, etc. Después de Pauline, Perl hizo muchos otros seriales de parecido pelaje ganándose el nombre de “La reina del serial”. Cabe  destacar que, a pesar de su status de estrella incontestable, Perl realizaba todas las escenas de acción ella misma, llegando a lesionarse permanentemente la espalda en una de ellas.



De vuelta a Francia, Louis Feuillade produjo la serie Fantômas (1913) que lanzó al estrellato a su protagonista, Réné Navarre. A continuación, el director filmó la obra que nos ocupa en este post: Les Vampires (1915-16). La serie consta de 10 capítulos de distinta longitud y gira alrededor de un periodista, Philip, que investiga las fechorías de una malvada organización criminal conocida como Los Vampiros. Resulta notable por ser completamente distinta del resto de seriales de la época. Phillip no es un personaje de acción y los capítulos no acaban con el consabido cliffhanger. En cambio, la trama es bastante más elaborada con unos personajes secundarios más definidos y no tan encajonados en héroes y villanos. Destaca sobre todo el personaje de Irma Vemp (Musidora), una seductora villana que se pasea por la pantalla con apretados trajes de licra y que será la precursora de la femme fatale.


Debido a su carácter turbio, en su época fue despreciada por los críticos y tuvo escaso éxito. Sin embargo hoy se la ve como una obra fundamental en el establecimiento de uno de los grandes pilares cinematográficos: el cine negro.

Extras


Fuentes

- Historia del Cine. Román Gubern. Editorial Lumen. 2003
 
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